Para algunos emprendedores, adquirir una franquicia puede traer más ventajas, que iniciar desde cero.

La Franquicia, en términos generales, es una modalidad de emprendimiento, correspondiente al convenio celebrado entre un empresario que ha tenido éxito con uno o más negocios propios y replicables denominado Franquiciante y una persona natural o jurídica que se denomina Franquiciado, interesada en usar, sin una renta mínima garantizada, la marca posicionada y el modelo de negocio establecido y documentado por el Franquiciante.

A diferencia de un emprendimiento propio que comenzaría desde la idea de negocio, incluyendo la planeación jurídica, tributaria, operacional, marcaria, publicitaria y demás aspectos necesarios tales como las características, acabados y ubicación del establecimiento de comercio, uniformes del personal, entre otros, la Franquicia le permite al Franquiciado apalancarse en la experiencia empresarial y protocolos del Franquiciante, que le permitieron desarrollar un negocio exitoso.

No obstante el Franquiciado debe cumplir los instructivos y manuales creados por el Franquiciante para la operación del negocio, así como también recibe el acompañamiento de este último mientras esté vigente el contrato, lo que prima facie pareciera crear una relación de dependencia, lo cierto es que el Franquiciado es realmente el dueño de su empresa, tanto así que de su desempeño dependerán los resultados económicos de la misma; claro está, aprovechando entre múltiples aspectos, el hecho de que los clientes identifican la marca de sus productos con la ya posicionada por el Franquiciante, otorgándole una ventaja competitiva frente a quienes apenas comienzan a mostrarse en el mercado, así como también, que la publicidad que realice el Franquiciante redundará en fidelización o consecución de nuevos clientes para el Franquiciado.

Es de vital importancia que el Franquiciado, junto con los recursos para pagar el canon de entrada, la inversión inicial sin inventario y el inventario para comenzar a operar, cuente con la solvencia económica necesaria para asumir los gastos de la operación de la empresa hasta tanto se alcance el punto de equilibrio. Ese tiempo está calculado por el Franquiciante y varía de negocio en negocio. Al igual que la financiación, aspectos como la inversión total, el número de puntos de la misma marca en la ciudad, las ventas presentes y potenciales del negocio, la competitividad, la territorialidad, el reconocimiento de la marca, la capacidad, soporte y experiencia del Franquiciante, entre otros asuntos, deben ser evaluados al momento de elegir adquirir una Franquicia.

Según lo informado en la Feria Internacional de Negocios y Franquicias de Colombia realizada en Corferias, así como en la revista Fanyf, el número de Franquicias se ha venido incrementando anualmente en el país, con crecimiento destacado en los sectores de capacitación, comercio especializado, moda, servicios y gastronomía.

Pues bien, los emprendedores que opten por desarrollar su empresa a través del esquema de Franquicia, encontrarán que el mismo se está consolidando cada vez más en el país. La amplia gama de marcas y segmentos para elegir, así como el asesoramiento con agentes especializados en el tema, les permitirán una correcta incursión en este modelo de negocio.

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